Dentro de una relación siempre existen 4 ingredientes básicos, que deben estar presentes para la que relación funcione. Si uno de ingredientes falla o se tiene la percepción de que no se tienen, generan insatisfacción en la relación de pareja y en cada uno de los miembros o en uno de los miembros. Por lo tanto la relación sufrirá momentos de crisis que pueden deteriorar la relación global de pareja.

Cada uno de los ingredientes es:

Lealtad del uno por el otro: “Si tengo que ser leal a alguien es a ti, porque tú estás por encima de todos”. Por eso si uno de los miembros de la pareja da más prioridad a la familia o a los hijos o a otras personas, el otro miembro de la pareja se puede sentir rechazado, dolido, y enfadado, ya que se espera que la pareja sea lo más importante.

  • Apoyo: “Tú cuentas conmigo y yo cuento contigo” Esto significa que estamos el uno al lado del otro para proporcionar apoyo cuando la pareja lo necesita, porque le damos a nuestra pareja la confianza y sensación de que puede contar con nosotros para lo que sea.
  • Sexualidad: Es muy importante dentro de la pareja. Muchos hombres ven la sexualidad como una muestra de afecto (a diferencia de las mujeres que hacen más una separación entre afecto y sexo), por eso si las relaciones sexuales disminuyen en la pareja muchas veces la interpretación interna que hacen los hombres y también las mujeres es: “no tenemos relaciones sexuales, eso es que no me quiere, que no me desea, que puede sentir más por otros/as”.
  • Espacio propio: Es muy importante tener el espacio propio de la pareja separado de la familia de origen. La familia propia se establece desde el momento en el que nos unimos a otra persona, es una familia compuesta por dos miembros pero ya es una familia. Y esta nueva familia (el nuevo sistema que se ha creado) debe marcar unos límites con el resto de sistemas (familias de origen de cada uno de los miembros de la pareja, relaciones sociales, amistades, relaciones laborales, etc.). Por eso en una familia, para mantener el espacio propio, se deben tener muy claros los límites que se ponen con los otros sistemas. Estos límites son en definitiva una serie de reglas que nos dicen quienes pueden participar en nuestras decisiones como familia y de que modo participaran. Y estos límites deben ser acordados por los dos miembros de la pareja, por lo que deben estar de acuerdo en las normas que se establecen.
  • Los límites deben ser flexibles, a la vez que permeables, a fin de permitir al sistema los cambios necesarios para su supervivencia, porque dependiendo de la época de la vida estos límites pueden ir modificándose. Pero si las fronteras son demasiado permeables, el sistema pierde su integridad y si son muy rígidas, la interacción del sistema con el entorno será muy pobre.